Un día cualquiera dos desconocidos colombianos de barrios completamente diferentes, de familias diferentes, de formas de pensar completamente diferentes, de profesiones diferentes, de historias diferentes se conocen, se enamoran, se casan, y tiene una hija, Micaela.
Esta familia toma la decisión de mudarse a un país completamente desconocido en cultura, en idioma, en costumbres y comenzar una nueva vida…
Por otro lado, otros dos locos desconocidos de ciudades diferentes, de píases diferentes, de culturas diferentes se conocieron, se enamoraron y se casaron. Estos dos que serán llamados los tíos y pasados los años los segundos padres, recibieron en su nuevo hogar a los tres extranjeros llamados cuñados y sobrina.
Pasados unos dos años en el país que acogió con todo su amor a estas 3 personas, la cigüeña les visitó por segunda vez. Con un mal pronóstico para la bebé que venía, la fe y la esperanza de que todo saldría bien era nuestro estandarte.
La bebé nació con un extraño síndrome del que poca información se tenía hasta ese momento, las noticias desde su embarazo eran muy desalentadoras, pero esa es la historia que te contaré en este blog, esta es la historia de Georgia, la historia de una familia llena de fe y amor que puede contar este MILAGRO!!!
Esta familia se volvió una sola, aunque en casas diferentes, con estilos de vida diferentes, (unos cuantos agarrones, perdón, desacuerdos, jajaja), pero UNA SOLA, un solo pensamiento: creerle a un Dios fiel y bueno y pensar en cómo mediante la fe y la acción podíamos salir adelante con este reto que la vida nos presentaba. Sin desmayar, sin descansar, sin nada que perder. Unidos por las lágrimas, y los aprendizajes que este trago amargo nos trajo. Siempre apoyados por los abuelos, tíos y amigos que han estado presentes en cada paso que damos.
Aquí seguimos en esta batalla, viendo el milagro cada día, creyendo en que lo mejor está por venir y agradecidos profundamente por lo que Dios ha hecho.
¡Oh!, casi lo olvido. Algunos años después vino a nuestra familia mi sobrino perruno: Lorenzo.
Antes de COVID podíamos estár juntos en el hospital, largas horas de visita, largas horas de espera por reportes médicos, largas horas de oración, largas horas de acción.
Después de COVID, fueron los relevos, los domicilios de comida, de ropa, de productos de aseo en la puerta del hospital, solo podíamos vernos en la recepción, solo abrazarnos y despedirnos para luego yo regresar sola a la habitación.